La terapia EMDR es una terapia estructurada en donde la persona se enfoca en una memoria traumática (o contenido angustiante) mientras se le practica una serie de estimulaciones bilaterales. La estimulación bilateral activa el proceso natural de sanación del cerebro que ayuda a procesar información de experiencias pasadas. La estimulación bilateral ocurre a través de movimientos oculares, sonidos o vibraciones.

La terapia EMDR fue desarrollada para sanar el trauma y trastornos de estrés postraumático, sin embargo, también puede ayudar a reducir disturbios emocionales relacionados con la ansiedad, la depresión, el duelo, y problemas con el uso de sustancias. 

Las 8 Fases de la terapia EMDR:

1. Historia y plan de tratamiento

2. Preparación

3. Evaluación

4. Desensibilización 

5. Instalación 

6. Revision del cuerpo

7. Cierre de la sesión

8. Re-evaluacion

En la Terapia Dialéctica Conductual (TDC), la palabra “dialéctica” se refiere a como consideramos que ideas opuestas o contradictorias pueden ser verdad al mismo tiempo. En la TDC, reconocemos lo complejo que son las emociones y trabajamos en encontrar un balance entre la aceptación y el cambio en nuestras vidas. La TDC se enfoca en desarrollar habilidades en cuatro áreas: autoconciencia, tolerancia al malestar, regulación de emociones, y relaciones personales.

• Autoconciencia: aprendemos a reconocer y estar presentes con nuestras emociones sin importar que intensas sean. La autoconsciencia nos ayuda a experimentar la alegría o relajación mientras amplía nuestra habilidad para tolerar emociones intensas.   

• Tolerancia al malestar: aprendemos a tolerar emociones intensas o negativas a través de estrategias de afrontamiento, y así evitar comportamientos que crean más dificultades.

• Regulación de emociones: nos enfocamos en comprender y controlar emociones que crean dificultades o problemas en nuestras vidas.

• Relaciones personales: aprendemos a mejorar nuestras relaciones a través de estrategias para comunicación eficaz, para establecer límites, y para expresar nuestras necesidades y deseos.

TCC se enfoca en cambiar patrones de pensamientos y comportamientos negativos. El cliente y la terapeuta colaboran en identificar y entender las conexiones entre los pensamientos, las emociones, y los comportamientos del cliente; también trabajan en aprender herramientas de afrontamiento, comunicación, y resolución de problemas, para crear patrones de pensamiento y comportamiento más eficaces. La terapeuta típicamente asigna tarea que ayudan a crear conciencia sobre los patrones o para practicar el uso de herramientas entre sesiones.

PCIT se enfoca en promover relaciones positivas entre padres e hijes. Este programa es apropiado para niñes en edades de desarrollo 2-7, quienes presentan con dificultades de comportamiento, como agresión, berrinches, o “rebeldía”, debido a una variedad de razones, incluyendo el trauma. Cuidadores que participan en el programa pueden ser padres biológicos, padres adoptivos, padres de acogida (foster), o algún familiar que tenga a le niñe bajo su cuidado.

PCIT es compuesto por dos partes:

• Fortaleciendo la Relación Familiar: les cuidadores aprenden y son entrenades a usar estrategias para que la comunicación y la interacción con le niñe sea más positiva y de apoyo

• Estrategias Para Mejorar La Obediencia: les cuidadores aprenden y son entrenades a usar estrategias efectivas para manejar los comportamientos de le niñe

PCIT puede ser adaptado para familias que han pasado por violencia, que reciben servicios de protección de menores, o que tienen a une niñe con autismo. La duración del programa es entre 14-25 sesiones y depende en las necesidades de la familia.

Intervención Motivacional es un método de consejería colaborativo que ayuda a la persona en el cambio de comportamiento. La intervención motivacional se enfoca en las fortalezas de la persona, como sus valores, prioridades, sabiduría y conocimiento para explorar posibles motivaciones para el cambio, al igual como sus habilidades y recursos para promover y mantener un cambio.

Las intervenciones de arte se integran para ayudar a le cliente a verbalizar o a procesar ciertas emociones, especialmente si es une niñe y no tiene el vocabulario para expresar adecuadamente sus emociones, sus experiencias, o el significado de sus experiencias.

El juego se usa para entender el mundo interno de une niñe. El juego puede ayudar a une niñe a procesar o entender cambios difíciles y eventos traumáticos. A través del juego, une niñe: 

• aprende a expresar sus pensamientos y emociones, 

• aprende sobre las emociones de los demás y desarrolla la empatía, 

• aprende a resolver problemas, 

• aprende como afrontar emociones difíciles y como controlar sus comportamientos, 

• aprende a socializar con otros de una manera más positiva, y

• desarrolla una autoestima saludable.

La terapia de juego virtual puede ser tan eficaz como la terapia de juego en persona, porque le niñe se encuentra en su hogar, un ambiente que le es familiar. El juego dirigido por le niñe, crea un ambiente terapéutico donde le niñe puede sentirse aceptade y segure, formando una relación de confianza con la terapeuta.

Las intervenciones somáticas son integradas en la terapia para sintonizar la mente con el cuerpo, y pueden ser útiles para las personas que intelectualizan sus emociones. Las intervenciones somáticas incluyen ejercicios de respiración profunda, ejercicios de relajamiento, y meditación. Las emociones y la memoria de trauma viven en el cuerpo, así que cuando abordamos eventos traumáticos en terapia, el enfoque es en aprender como el cuerpo físicamente reacciona cuando una emoción o memoria es accedida. Estas intervenciones permiten a la persona a procesar sus emociones mientras las manejan y calman en el moment, y pueden ayudar a una persona aprender a salir de estados de supervivencia.

Reducción de Daños es una práctica típicamente usada en el tratamiento del uso de sustancias, y puede ser adaptada para comportamientos impulsivos o riesgosos. Esta práctica reconoce que las personas usan sustancias o participan en ciertos comportamientos para afrontar sus dificultades. La terapeuta trabaja con le cliente a desarrollar estrategias de afrontamiento más saludables, mientras valora cada paso que le cliente toma para disminuir comportamientos dañinos. Esta práctica no requiere la abstinencia, pero puede ser una meta en la que le cliente puede trabajar si lo decide. Esta práctica reconoce que una recaída es parte del proceso en el cambio de comportamiento y estas ocasiones sirven como oportunidades de aprendizaje para evitar más recaídas en el futuro.